¿Por qué decidiste estudiar el máster en Gestión Cultural de la UIC?
Hace tiempo quería especializarme, estudié Historia del Arte y profesionalmente me daba cuenta que necesitaba adquirir herramientas para gestionar proyectos que pudiesen crecer a largo plazo de manera estratégica. Trabajé varios años coordinando el Departamento de Arte de una Feria de Artes Visuales y me inquietaba mucho el estudio de audiencias. Sentía que a través de encuestas a los artistas y al público, teníamos mucha información pero nos faltaba metodologías para satisfacer sus expectativas y aumentar la cantidad de visitantes.
Además, quería llegar a más gente con mi trabajo y estaba 100% segura que el medio más eficaz era trabajar de manera interdisciplinaria. Pero mi experiencia profesional fue siempre en el campo visual, nicho pequeño y específico. Entonces otro motivo de mi elección, fue la disponibilidad de prácticas que ofrece la Universidad. Sabía que era una oportunidad para conocer otros campos culturales como el cine y el teatro.
Y por último, y tal vez lo más relevante en mi decisión, fue que siempre quise estudiar en una Universidad Internacional, ya que me ofrecía la posibilidad de conocer otras culturas. Pienso que viajar es abrirse a lo desconocido, y abrirse a lo desconocido es la mejor manera de vivir nuevas experiencias, las que nos regalan otra perspectiva de las cosas.
¿A qué te dedicas hoy en día, estás en el sector cultural?
Hoy en día vivo en Santiago de Chile. Defino mi primer año laboral en este país como poli trabajo! Estoy transitando por un momento de adaptación (papeles legales, búsqueda de casa, amistades, entre otras cosas) y esto lleva su tiempo.
Trabajo como asesora externa en la Extensión Cultural de la Universidad Andrés Bello y como productora comercial en la Fundación Santiago Off, la cual tiene como misión democratizar el acceso a la cultura y el desarrollo artístico del país. Allí iniciamos un programa para diversificar las fuentes de financiación, conectando la Fundación con empresas privadas, embajadas y otras instituciones. Es una linda combinación laboral, que me permitió aprender sobre las artes escénicas y la importancia de la cultura en la educación.
Me comprometí con la idea de desarrollar una comunidad corporativa que entienda que el apoyo a la cultura es un poderoso mecanismo alternativo de posicionamiento y comunicación.
En una época donde los públicos prefieren aquellas compañías que muestran más altos grados de responsabilidad social, me interesa concienciar a las empresas para demostrarles el impacto positivo de la cultura y los beneficios que les puede brindar.
Y desde el lado artístico me parece fundamental abrirse a una financiación mixta para no depender únicamente de fondos estatales y poder ejecutar la Ley Valdés (Ley de Donaciones Culturales), la cual aún no es una herramienta útil para los pequeños y medianos proyectos.
¿Cómo lograste dar con tu trabajo más reciente?¿Cómo son esos movimientos y qué consejos le darías a nuestros estudiantes para conseguir un trabajo de ensueño?
Recomiendo siempre crear una completa base de datos. Terminar el máster y regresar a tu país es un desafío duro, y más cuando no es tu país de origen. Hablé con los profesores quienes me contactaron con algunas instituciones de Santiago y con Marta Crispi quien me vinculó con alumnos chilenos que habían egresado o estaban cursando el Máster. Fueron de gran ayuda todos esos datos. A partir de las recomendaciones de Jordi Duran (Performing arts) logré contactarme con Claudio Fuentes, Director de Santiago Off.
Viajé dos veces a Chile desde Argentina, hasta instalarme definitivamente. Me organizaba entrevistas por mail para esos viajes fugaces.
¿Qué consejos daría además de la Base de Datos? Es un lema que siempre lo llevo conmigo y me lo enseñó mi querida mentora Julia Alemán (Directora Ejecutiva de la Feria Arte Espacio): “El no ya lo tenés”… animate a todo lo que intuyas porque en el peor de los casos, te pueden decir No. Y ¿qué se pierde con esa respuesta? Nada. Al abandonar cualquier resistencias que nos limita, nos abrimos a diferentes posibilidades creativas.
Y paciencia! No siempre ese trabajo de “ensueño” se consigue fácilmente. Soy más de la creencia de que un trabajo se disfruta cuando lo haces propio, cuando te comprometes con la misión y encuentras el motivo por el cual estás dedicándole tu tiempo.
¿Qué conocimientos y habilidades que adquiriste en el Máster te ha influenciado personal y profesionalmente?
En las asignaturas aprendí nuevos lenguajes que incorporé profesionalmente como marketing, financiación y políticas culturales. El TFM me sirvió mucho. Trabajamos con la productora Mika para el relanzamiento de un Festival de Artes Escénicas en Barcelona, Festival Ulls. Recomiendo trabajar sobre una temática que les motive. Es difícil después volver a tener ese tiempo de investigación. Y las experiencias paralelas que suceden son muy enriquecedoras: los insoslayables paseos que organizaba Melina, las conferencias, clases magistrales y las instancias sociales, por sobretodo.
Hice dos prácticas que me favorecieron mucho al momento de buscar trabajo, porque son entidades muy reconocidas internacionalmente. Trabajé en la logística del Festival Internacional DocsBarcelona (el cual también se realiza en Valparaíso y con quienes tomé contacto al llegar a Chile) y en la Sala Hiroshima, asesorando en la comunicación de la misma.
¿Cómo sientes que está evolucionando el sector cultural en Latinoamérica?
Pregunta entrampada, y que merece un debate más amplio. Ahora bien, sería impensable analizarlo sin desconocer la coyuntura política que afecta a latinoamérica: Panamá, Guatemala, Argentina, Chile, Perú, Costa Rica, Paraguay y Brasil, actualmente giraron hacia un gobierno de derecha. Crítica es la situación de países como Brasil y Venezuela.
¿Cómo evolucionamos si en el 2018 cerraron el Ministerio de Cultura en Argentina, si las olas migratorias se asemejan a una carrera de obstáculos o si se repiten constantemente los episodios conflictivos entre los pueblos originarios y los gobiernos estatales?
Siento igualmente que nuestro rol como gestores culturales en este momento de cambios es fundamental. Hay mucho por hacer si pensamos en la valoración y conservación del patrimonio, la financiación mixta y la democratización de la cultura, comprendiendo que es un derecho de todos.
¿Sientes que haber realizado el Máster te ha dado ventajas competitivas en relación con colegas del sector? Si. Actualmente la cultura se entiende a nivel global, de manera que haber realizado el Máster en Barcelona, me permitió conocer agentes internacionales del sector. Pude tejer una red vincular increíble. En cuanto al contenido del Máster, creo que adquirí herramientas competitivas variadas que me permiten comprender integramente un Proyecto.
¿Tuviste algún profesor favorito?De ser el caso, cuéntanos por qué…
Miquel Bastons, sin duda. Recuerdo con mucho cariño sus clases y la paciencia que nos tenía. Jamás imaginé que disfrutaría tanto pensar una fórmula matemática y gocé mucho las clases de Ainhoa González, a quien le agradezco la posibilidad de haber conocido a distintos profesionales de las artes visuales.
Cuéntanos una anécdota divertida que recuerdes mientras estudiaste en la UIC…
Uyy, muchas! Y son malísimas, empezando por ésta, que fue chistosa, pero chistosa solo para el resto: Pedaleada calle abajo en mi milenaria bicicleta hasta que se me cruzó un basurero. Fin de la historia. Otra: yo explicándole el margen operativo al profesor de financiación, Miguel Bastons, con una extraña metáfora que aludía a un colchón. Miquel riéndose solapadamente, como diciendo qué le enseñé a esta chica, y yo muy seria insistiendo con mi enrevesada teoría colchonera.
Y finalmente, siguen en contacto con otros alumnis del Máster?¿Te ha servido la red que se construye en la UIC con estudiantes de muchas partes del mundo?
Sí, con un gran alumni: mi novio, el causante de que esté en Chile. Y con los amigos, que más que amigos fueron familia. Me reencontré con Ange, Gaby y Mario. Una inmensa alegría.