María Cabré – Estudiante del Máster Universitario en Gestión Cultural (modalidad: Inglés)
Poesía, tú, me llamaste
desde el eco del silencio,
un día cualquiera,
luego te me fuiste corriendo,
riendo a carcajadas,
y totalmente encapuchada.
Sin rostro.
Te convertiste en mi cervatillo,
yo fui tu cazadora. De lo abierto.
acechándote…
cosiéndome los párpados a la
frente,
rajando a los cielos,
deshojando a las flores
hasta ser voz
De los residentes,
que habitan en esas palabras,
sin mirada de nadie.
Absorbí tu vino amargo como un
vampiro
para que en esa copa
ya vacía
quedara yacido tu moscatel dulce
de estrellas.
Contigo
olí el púrpura
el sabor anaranjado de la madera
desvestí a la luna
convertí mis versos en alcobas
de amantes
hice de trapecista con navajas de doble filo,
sentada,
desde el sofá de terciopelo,
junto a mis manos.
Poesia,
unión de todos.
Amor del puro.