Para mí, la emprendeduría tuvo un carácter funcional: era algo imprescindible para llevar a cabo mi desarrollo profesional. Por tanto, de mi experiencia se deduce que no se nace necesariamente emprendedor, pero sí has de estar dispuesto a enfrentarte a períodos de incertidumbre, o a fracasos y errores que debes superar y de los que has de aprender.
El crecimiento personal y profesional es muy superior que en otras circunstancias laborales, en las que prima la estabilidad y resulta más fácil permanecer en la zona de confort.
¿Además de ser gerente de ARTImetría, por qué decidiste ser profesora en el Máster Universitario de Gestión Cultural UIC Barcelona?
A lo largo de mi vida profesional he ido adquiriendo una experiencia que pensé que podía ser útil para los gestores culturales que empiezan o que desean completar sus competencias. Dar clases en el Máster me permite poner esta experiencia a disposición de los estudiantes. Creo firmemente que la profesionalización del sector de la cultura han de mantenerse siempre en los niveles de excelencia que requiere.
¿Qué es lo que más te apasiona de trabajar en el sector Cultural?
Lo que más me gusta es la diversidad. Cada proyecto es diferente, un nuevo reto al que enfrentarte. Esto supone a veces partir de cero, pero a la vez implica un enriquecimiento personal y profesional excepcional. Pocos retos se pueden solucionar mediante recetas preestablecidas. En el caso de la cultura, menos aún. Así, esa especificidad de las soluciones para los retos complejos del sector cultural es una de las cosas que más me apasiona del trabajo en este sector.
¿Qué crees que haces para haber logrado ser la mejor profesora del Máster en español 2015-2016?
En primer lugar, debo agradecer la generosidad de los alumnos que así lo piensan. No creo que haga nada excepcional. En mi opinión, una de las claves de la actividad docente es que realmente te guste lo que enseñas, otra es creer en la utilidad de lo que transmites y hay una tercera clave, imprescindible: el grupo de estudiantes que tienes delante. Sin su implicación, participación y entusiasmo resulta difícil transmitir esa pasión. Al final, esto es lo que más motiva a un profesor.
¿De qué deben ser concientes aquellas personas que están pensando estudiar Gestión Cultural?
No podemos obviar que el entorno en el que vivimos es incierto y complejo, y la situación es especialmente complicada respecto al sector cultural. Una persona que está pensando en estudiar Gestión Cultural debe ser consciente de esto, y darse cuenta de que el reto es superior que en relación con otros estudios. Pero esto no tiene por qué ser una barrera. Los buenos profesionales, competentes y comprometidos, siempre saben encontrar su hueco en un mercado competitivo, identificando las competencias que son valoradas y que ellos pueden ofrecer. Esta es la razón por la que es tan importante elegir la mejor formación en Gestión Cultural.
¿Qué consejo nos darías a quienes ya están estudiando o se graduaron hace poco?
Es importante mantener la ilusión, inquietud y curiosidad con la que se empieza el Máster, no perder nunca la disposición a aprender, la flexibilidad, la capacidad de adaptación. Cuando se acaba el Máster empiezan los retos, empieza la búsqueda de oportunidades. Mi recomendación es que no esperéis a que aparezcan. Vuestra experiencia en el Máster os hace competentes para crearlas vosotros mismos. Esto os diferenciará del resto, vuestra capacidad para proponer retos, proyectos, oportunidades que podáis llevar a cabo.