Joan Corbera imparte una sesión sobre la comunicación del Gran Teatre del Liceu a los alumnos del Máster Universitario en Gestión Cultural de la Universitat Internacional de Catalunya. |
El Gran Teatre del Liceu, creado en 1847 en la Rambla de Barcelona, es un teatro de ópera que a lo largo de los años ha mantenido su función original convirtiéndose en uno de los símbolos de la ciudad. Por ello, cuando el 31 de enero de 1994 fue pasto de las llamas, causó un impacto emocional en la sociedad catalana y fue el detonante para replantearse la existencia del Teatro, pasando desde entonces a ser de titularidad pública.
A lo largo de la historia del Liceu, Joan Corbera refiere que esta institución no contó nunca con un Departamento de Comunicación ni con las herramientas necesarias para difundir correctamente su función. Existía la figura del Jefe de Prensa, que dependía a su vez del Departamento de Marketing, carente por otra parte de un discurso corporativo, pues la visión que se le daba a la comunicación en ese momento estaba relacionada con el producto a ofrecer y por tanto enfocada principalmente a la venta de localidades.
No será hasta el año 2013 cuando el Gran Teatre del Liceu cuente con el Departamento de Comunicación al objeto de dar una mayor proyección a la actividad del teatro barcelonés. Fue entonces cuando se nombró a Joan Corbera director de Comunicación y Relaciones Institucionales, lo que supuso uno de los primeros cambios de organización dentro del Plan Estratégico y de Viabilidad 2014-2017 que actualmente se está desarrollando bajo la dirección del nuevo director general, Roger Guasch.
Escalera principal del Gran Teatre del Liceu. |
Tras esta presentación Joan Corbera abordó los tres momentos de crisis por los que había pasado esta institución y la importancia que en todos ellos había tenido la gestión de la comunicación. En primer lugar, en relación con los problemas económicos habidos en los últimos años, lo que conllevó las consiguientes huelgas, despidos y el cierre del teatro durante varios meses con el objetivo de optimizar los recursos humanos y sanear la estructura del teatro. Corbera refería que es en estos momentos cuando la comunicación de una institución es clave, y también su transparencia con la prensa, porque es muy importante “explicar lo que haces, pero también lo que no haces”, tanto a los medios informativos como al personal interno de la institución. Y refería que en el caso del Liceu “los periodistas son el mejor medio para llegar a los públicos” por lo que es necesario contar siempre una historia real y sincera, proyectada sobre la verdad, para establecer una relación fiable con la prensa y una línea de trabajo creíble, porque “no hay nada peor en una institución que perder la credibilidad”.
Joan Corbera imparte una sesión sobre la comunicación del Gran Teatre del Liceu a los alumnos del Máster Universitario en Gestión Cultural de la Universitat Internacional de Catalunya. |
Esta línea de trabajo es la que desde el Departamento de Comunicación se ha querido trasladar al Liceu de tal manera que la propia dirección general asume su responsabilidad ante los medios de comunicación cuando las cosas no van tan bien, explicando el porqué de la situación. A este respecto, Joan Corbera nos recordaba una frase de su director general dirigida a los periodistas en una rueda de prensa: “lo que voy a explicar sobre recortes en el Liceu es lo mismo que ha ocurrido en vuestros medios de comunicación”. Para Corbera, el hecho de que el director general explicara tan abiertamente los problemas de la institución en aquella ocasión provocó que los artículos publicados en la prensa al día siguiente se centraran en las posibles soluciones al problema. De ahí que “la clave de un departamento de comunicación no es solo la transparencia sino también la inmediatez”.
Otro momento delicado dentro de la institución se produjo con la vacante del puesto de Dirección Artística del Gran Teatre del Liceu, a la que concursaron directores de diferentes lugares del mundo, todos ellos muy reconocidos dentro del sector artístico, por lo que era evidente que la comunicación y la información sobre los candidatos debía llevarse en la más estricta confidencialidad. “La transparencia, a veces supone ser hermético”, por un lado, para no dañar la profesionalidad de los candidatos en sus actuales puestos de trabajo y, por otro, para no generar fugas informativas que beneficien a un medio de comunicación antes que a otro.
También el Departamento de Comunicación definió una serie de acciones con el fin de llegar al público. Trasladaron las taquillas a las Ramblas para dar una imagen de que el Gran Teatre del Liceu salía a vender. Crearon pack de experiencias donde se podía comprar y regalar ópera. El Liceu volvía a estar vivo. De tal manera que llegaron a la apertura en 2014 con la prensa hablando bien del Liceu. Pero esto no fue por casualidad ya que el propio Departamento de Comunicación tuvo que trabajar durante meses las relaciones sociales con personalidades del mundo de la cultura, presidentes, directores de cine, de teatro, músicos, actores, fultbolistas, etc., de modo que en la inauguración estuvo representada toda la sociedad. Un total de 2.994 personas acudieron ese día al Liceu, “fue un lleno total… la prensa se dio cuenta de que la sociedad respondía ante el Gran Teatre del Liceu” y por tanto volvió hablar bien de la institución. A su vez, Joan Corbera nos recuerda que el punto culminante llegó cuando el New York Times público en página completa un amplio artículo bajo el titular: Recuperando el brillo; un extenso reportaje que recogía las declaraciones de Christina Scheppelmann, directora artística y de Roger Guasch, director general, y exponía la situación actual del Liceu y los cambios a los que se enfrentaba.
Alumnos del Máster Universitario en Gestión Cultural de la UIC en la Sala del Teatro del Liceu. |
Finalmente, Joan Corbera abordó la gestión de la comunicación llevada a cabo en la reciente catástrofe área ocurrida en los Alpes franceses donde murieron el barítono Oleg Bryjak y la contralto Maria Radner, dos solistas que habían escenificado Siegfried en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y volvían a sus casas después de su última función. Nos explicaba que lo primero que tuvieron que realizar fue la confirmación de que ambos cantantes iban en el avión siniestrado de la compañía German Wings porque no estaban seguros de que Marié Radne viajara en ese avión con su bebé y su marido, a diferencia de Oleg Bryjak a quién sí le habían ayudado a gestionar su billete de avión. Por desgracia la confirmación de ambos en el avión siniestrado se hizo efectiva, y lo primero que realizó el Liceu fue activar la comunicación en momentos de crisis emitiendo un comunicado de duelo a través de la prensa y sus redes sociales.
Oleg Bryjak y Maria Radner |
Alumnos del Máster Universitario en Gestión Cultural de la UIC en el vestíbulo del Gran Teatre del Liceu. |